¡Sorpresa, sorpresa! La Liga Mexicana de Beisbol realizará cambios para la próxima temporada. ¿Qué podrá ser? ¿Nuevos equipos, una temporada más competitiva, límites de extranjeros para promover a los peloteros nacionales, o tal vez más peloteros egresados de Grandes Ligas para aumentar el espectáculo? ¡No! Ahora en lugar de tener a un monarca absoluto en la pelota veraniega, tendremos dos. Sí, como lo escuchó. Habrá Apertura y Clausura en la LMB.
La solución de la Liga Mexicana para aumentar el espectáculo y retener el interés del espectador en el juego es: realizar dos temporadas al año. Cada una con 66 partidos y su respectiva ronda de playoffs. La lógica es: “La afluencia en los estadios es baja, pero si el equipo califica a postemporada tenemos llenos. Lo que hay que hacer es darles más juegos de playoff”. ¡¿En qué cabeza cabe?!
Lo que le da valor a la postemporada -y al título- es la posibilidad de ser el único campeón del año, pero si ahora hay dos monarcas, ¿qué interés puede haber? No hace falta ser adivino, el resultado será el surgimiento de afición de liguilla. Si ahora no existe tanto interés por asistir al parque, ¿por qué ahora que serán 20 juegos más habrían de ir? ¿Acaso creen que si una (media) temporada fue mala, la afición la olvidará con rapidez y creerán que todo ha cambiado para la siguiente?
La Liga asegura que esto ayudará a sanear las economías de los equipos, porque es un sistema que atrae más patrocinadores. ¿Cómo? Un patrocinador te firma para 66 juegos y (si llegas) playoff y puede no renovar el contrato para la próxima temporada que empieza una semana después que terminó la anterior. Si te renueva, ¡excelente! Pero si no diste el ancho, a buscar y encontrar otro a como dé lugar si quieres tener dinero y realizar cambios para mejorar.
Bajo este sistema, el margen de error de los equipos sería menor. Los obligas a reforzarse y ajustar lo más rápido posible, si es que quieren mantenerse en la pelea. Uno pensaría: “pues se vuelve más competitivo, ¿no?”. Y uno pensaría bien… el problema aquí es que la gran mayoría de los equipos no cuenta con la estructura financiera para poder pagar tanto cambio. En resumen, el resultado sería equipos cuyas temporadas terminarían mucho antes, teniendo más margen para programar la siguiente edición, poco más de un mes desde que empieza el playoff al que no calificaron. Menos tiempo para reponerse comparado con el sistema actual.
Sumado a todo lo anterior, me pregunto si esto en verdad podrá mejorar el nivel que presentan los equipos. A la fecha en la Zona Sur solo dos equipos, Yucatán (59-35) y Puebla (52-47) cuentan con marca ganadora, el tercer lugar; Veracruz, tiene diez derrotas más que victorias, Quintana Roo y los renacientes Bravos de León se encuentran en situación similar a los jarochos mientras que Campeche, Oaxaca y Tabasco se encuentran con casi el doble de descalabros que triunfos. Terrible panorama en este sector, aunque matemáticamente todos pueden aspirar al juego de comodín.
En el Norte, la situación es al revés. Solo los dos sotaneros, los neonatos Generales de Durango y Saltillo, no cuentan con marca ganadora. Pero a falta de 12 juegos para terminar la temporada parece que todo ya está definido; Tijuana a la cabeza, seguido por Monterrey y Monclova y, cerrando el cuarteto, Aguascalientes; con Laguna y el México rezando por una oportunidad. ¡Sí, leyó bien! Los “poderosísimos” Diablos Rojos del México están por quedarse fuera del playoff, pues están empatados con Vaqueros y esperan un milagro -y juntar las 7 esferas del dragón- para jugar el juego de comodín.
Y aquí es donde yo me pregunto, ¿cómo evitará el nuevo sistema de competencia de dos torneos que esta situación se repita? ¿Cómo todos estos cambios eliminarán situaciones en las que ya casi no haya nada en juego y se vuelva poco atractivo ir al parque de pelota? ¿De qué manera se hará más pareja la competencia?
Aún no se confirman muchos cambios, ni se ha dado la explicación oficial de cómo estas “adecuaciones” beneficiarían al circuito de verano. Las cosas que más me llaman la atención son. la unanimidad con la que se dio el voto, sobre todo con el historial de las últimas reuniones de presidentes, (si tanta confianza tienen, algo han de saber) y que la Liga Mexicana del Pacífico aún no haya realizado declaraciones al respecto, considerando que muchos peloteros se reportan con sus equipos de este circuito una vez que terminan sus compromisos en la LMB.
Cosas que espero tengan en consideración los presidentes: El bienestar de los peloteros (sueldos seguros, un fondo para el retiro y otro en caso de emergencia o de perdida una asociación de jugadores avalada y con autoridad) y estabilidad de las plazas, pues las constantes mudanzas no parecen resultar provechosas a la Liga. Ambos temas de futuras columnas.
¡Ay, querido beisbol! Tan complejo y tan hermoso. En este momento, la mejor manera de resumir lo acontecido -a mi parecer- es citar al finado Pedro “el Mago” Septién:
«El beisbol es mucho deporte para ser negocio, y mucho negocio para ser deporte».
De por si nuestro beisbol estaba en terapia intensiva, se ve difícil que se recupere con esto.
O, ¿usted, qué opina, estimado lector?
¡Hasta la próxima, tengan la bondad de ser felices!