Angélica «La China» Molina nació el 13 de junio de 1993 en Xalapa, Veracruz. Actualmente es jugadora del equipo Santa Cruz Spurs en la liga profesional de Bolivia. La mexicana jugó la última temporada de la WBDA con el equipo de AS1 Hoops de San Luis Potosí.
La historia de la China Molina
La China Molina inició su carrera desde el año 2005, siendo en diferentes ocasiones, parte de selecciones del estado de Veracruz. En el año 2013, fue parte del equipo de las Cafeteras de Córdoba. Al mismo tiempo, jugaba universitario con los Halcones de la Universidad Veracruzana. De manera rápida, consiguió ser llamada a estar en selección nacional. Consiguió el primer lugar en el COCABA 2015.
Más tarde se integró al equipo Nueceras de Amenaca en el Estado de México. En 2017, La China Molina se integró a las filas del Club Aztks de la Liga Mexicana de Baloncesto Profesional Femenil (LMBPF) donde consiguió un subcampeonato. De igual manera, fue parte del cuadrangular internacional en Hereida, Costa Rica. Dicho cuadrangular juntó a las mejores jugadoras de Aztks y Lobas de Aguascalientes.
En 2018-2019 fue parte del primer equipo mexicano en la historia que participó en una liga de desarrollo en Estados Unidos. AS1 Hoops logró una buena participación en la Womens Basketball Development Assosiation (WBDA).
Los sentimientos de La China Molina
Una de las emociones más grandes que he tenido durante toda mi trayectoria e inclusive es una de esas emociones que jamás podría olvidar porque hasta la fecha me causa ese sentir increíble; es cantar
el himno nacional mexicano. Recuerdo muy bien la primera vez y de solo imaginarlo llega ese sentimiento de muchísima alegría pero también coraje. Recuerdo sobre todo el proceso, el tiempo invertido en el día a día
para entrenar y prepararme para el siguiente torneo o incluso solo tener un largo tiempo de entrenamiento para una temporada más, se vuelve un nudo en la garganta, un sentimiento inexplicable.Cuando canté por primera vez el himno mexicano en la cancha frente al otro equipo, de inmediato sentí ese nudo, es como si fuera un sabor dulce pero amargo a la vez, para mí fue como sentir el poder, una fuerza, saber el propósito y tener un motivo. ¿Por qué? Porque me di cuenta que no solo representaba a mi familia, una ciudad o un estado, una universidad o un colegio, un club o una academia, sino, A TODO UN PAÍS.
En ese momento recuerdo que terminamos de cantar y le tocó al equipo contrario hacer su himno, yo seguía anonada con mi sentir y en ese momento pensaba, ‘no importa de qué estado de la República vengas. No importa si vienes de la mejor escuela dentro del ámbito deportivo, ahora representabas a un todo’ (no importa a cuántos eventos sociales no asististe. No importa a cuántas reuniones familiares e irrepetibles veces faltarías y que miles de esas sabes que no volverían a suceder. No importa si te preparas toda una vida para llegar al momento (que no imaginabas pero que sucedía). No importa cuantas veces hiciste caso a tu coach cuando te daba un instrucción. No importa cuánto te cuidarás físicamente para ese momento). Todo eso no importaba porque si realmente no sentía y no me creía ese valor, ese coraje, ese amor por mi constancia, la disciplina y mi perseverancia para lograr algo más a pesar de saber que tendría que dejar otras tantas, se volvería en solo un momento más.
Me di cuenta en que «ese todo» no es solo mi familia sino también algunos amigos, los entrenadores que me fueron preparando durante el crecimiento como atleta, los compañeros de la universidad o el colegio. Ya no solo son los equipos con los que crecí, ya no solo son los momentos en los que me cuidaba, los días de entrenamiento o los famoso llamados “sacrificios” que día a día sigo llevando en práctica. Son todas aquellas personas que aun sin conocerlas cara a cara, se han vuelto parte de ese sentimiento inexplicable, siempre apoyándome, siempre inspirándome para crecer, seguir y ser mejor. Esos pequeños detalles que hacen una gran diferencia (la diferencia… donde no solo es ponerte una jersey para jugar y ganar, es vestirte de un país que defenderás hasta el último segundo sin importar las adversidades, porque sabes que todo este tiempo te preparas para esos momentos que pueden durar un NADA de segundos pero serán los SEGUNDOS más recordados y valiosos de tu vida. Aparte de que no solo acaba en eso… ahora no solo tengo ese único maravilloso sentir al cantar o vestirme de mi país. Me he encontrado con un SENTIMIENTO que se ha vuelto un motivo para mí y para ser mejor jugadora, persona y mejor profesionista, colaborando con academias y equipos de nuevas generaciones inspirando a niños y niñas para que continúen enamorándose del básquetbol o cualquier deporte. Hacer consciencia de nosotros mismos y auto valorar nuestro esfuerzo, la disciplina y constancia para así lograr cualquier objetivo que se propongan por más pequeño que pueda parecer …
Esta frase me gusta mucho…. Porque saben el nombre pero no la historia…
Y bueno la frase que siempre utilizo… Si no te diviertes no estás jugando