Ayer por la tarde se dio la noticia de que Carlos Vela, cuando termine su vigente contrato con la Real Sociedad, fichará por Los Angeles FC. Comentando con unos amigos, me decían que hay que respetar la decisión y aplaudirle al igual que a los Dos Santos ya que son la generación de oro de México en el futbol.
¿La generación de oro? ¿Con base en qué? ¿Estos muchachos qué hicieron? ¿Cuántos mundiales? ¿Champions acaso en desempeño individual? Sí pudieron haber sido campeones del mundial sub-17 pero de esa historia de cuento de hadas, todo se tornó en una versión de novela de horror escrita por Stephen King. Solo mencionar que a la justa mundialista del 2014 fue necesario irse a repechaje y con uñas en butaca, en la última jornada del hexagonal de CONCACAF porque se venía la night empatando con Costa Rica y Panamá haciendo una cruzazuleada mayúscula contra EU que presentó una selección B. De ahí nos brincamos a los ridículos que se hicieron en las copas oro recientemente.
En la copa 2015, apelando a la ayuda arbitral contra Panamá y Costa Rica para poder entrar a una final y decir que en la 2017 no se clasificó a la final. Como paréntesis decir que en la 2017 se presentó un cuadro alterno, ya que la selección estelar jugó copa confederaciones, donde oh sorpresa nos goleó Alemania 4-1 en fase de semifinales. Recordar que la base del equipo era la generación de Oro. Brincando al 2016 el doloroso 7-0 contra Chile cuando era el momento de sacar la casta y terminaron demostrando que era endeble.
Aquí es donde yo me pregunto ¿realmente merecen llevar ese título? Si bien, no podemos decir que hay mucho de donde escoger. Sin embargo, el talento estuvo servido en bandeja de plata y por x o manga terminó comiéndose en plato de unicel con bolsa de plástico para reciclaje.
Puede que sean opiniones que irán y vendrán en programas de debate, columnas como ésta, periódicos, etc. pero que nos quede claro una cosa: los que nos hemos creído una farsa fuimos nosotros y el asunto irá peor mientras no seamos objetivos y sigamos endiosando a figuras que no lo son.
Hay que dejar de presumir el oro de los peneques y ser críticos para ver que hemos llevado a nuestro futbol a ser carbón, sin embargo, estando en la lona con este material uno lo puede moldear para que en su momento algún día con paciencia y prudencia se pueda convertir en diamantes y no necesitemos falsos ídolos.